jueves, 21 de febrero de 2013

Al pie de los Andes

Llovía en verano y apretaba el frío en Rosario a la orilla del Paraná, el río que parece bailar al son de la Milonga en las caderas de una rosarina en "El Cairo", he pasado de largo sin asustarme por sus calles, me gustó, a la ciudad la he besado un par de días, quizás demasiado poco para lo que ofrecen sus labios pero me voy feliz ya que le he robado un par de versos que ya guardo en mi zurrón y en definitiva era lo que buscaba.

La calle Entre Ríos me llevó al mar de "La Chamuyera" una tanguería que no miente si dice que ya es mayor de edad no por la clientela sino por el color añejo del lugar, me llevo la rosa sin espinas.

Desde el hostel usado donde me han vendido dos noches, roto en esencia y donde  lo único que levantaba el ánimo era su recepcionista he logrado hacerle un hueco en un papel en blanco a la ciudad, no era fácil dado que venía de levantarle la falda a Buenos Aires y eso sabéis que es un punto y aparte, pero me voy feliz de robarle un tanguito a su baile.

Hoy he llegado ebrio de colectivo a Mendoza, esta me ha recibido preciosa con su pequeña "eterna primavera" y que me perdone mi bien querido Medellín, pero entre su buen vino, el ambiente que se respira en sus calles y sobre todo por esa leve brisa y su agradable temperatura me ha recordado uno poquito a la tierra de los Paisas por cierto, cuanto añoro su aliento.

Mañana me agarraré a sus manos y seguiré buscando versos para la canción más hermosa del mundo.

Y como me he largado casi sin avisar de Rosario, la tierra de Fito Páez no quería acabar estas letras sin un guiño a su obra:

"Hay recuerdos que no voy a borrar, personas que no voy a olvidar, silencios que prefiero callar..."

Creo que ya os había dicho pero...lejos me encuentro y os sigo echando de menos.

Mendoza, a 23 de febrero de 2013 son as 5.30 da madrugada