miércoles, 26 de diciembre de 2012

“Tengo una vida llena de regalos y un balcón lleno de silencios”


“Tengo una vida llena de regalos y un balcón lleno de silencios”; esta frase que quizás haya escuchado en el aire, haya leído o no sé si he soñado…el caso es que está en total acuerdo conmigo y la pongo como cabecera de esta nueva entrada porque me dá pie a escribir otra frase que he leído en un texto de mi amigo Vilaro Pombo, dice que “la vida es bella, pero hay veces que se lo tiene muy creído” y es cierto, sabéis de sobra que mí vida es bella, preciosa y ahora no tiene más bonita que ser pero como la de todos a veces duele y a veces ríe.

He llorado y no me dá vergüenza decirlo, pensaba que como durito rocanrolero ese día en el que he pasado 31 años de mi vida siempre muy al lado de los míos iba a ser más fácil, no lo ha sido, lo he pasado increíble, pero he llorado, y aunque nunca me he sentido fuera del mundo fué fácil llegar al límite de esta mi locura premeditada, porque si alguno lo habéis sentido, no sé si desde tan lejos, es algo que te dispara muy a bocajarro y lo cierto es que os he echado mucho de menos incluso a la gente que ese día nunca veía pero que sabía que estaba cerca, digamos que más cerca, aún así ese día he besado, he abrazado y he muerto de risa.

El día comenzó tarde eran como la una de la hora del almuerzo en Perú y decidimos ir a comprar algo para alimentar un poco más la noche en la barbacoa que el hostel nos había prestado (fixérona boa…)en principio íbamos a ser como doce…acabamos como veinte…cada uno se compró lo suyo eso si...,el comienzo fué dificil pues no teníamos como encenderla, buscamos en mil sitios alcohol de ese que venden en muchos bares nocturnos…si…ese de 96 grados…pero al parecer les está prohíbido venderlo (cousa que non entendo…), el caso es que fuimos Leo (Paris) y yo a la busca de la cosa y después de recorrer medio Cusco y no encontarlo porque todas las tiendas estaban a la defensiva , decidimos chantajear un pouco jiji! (non digo como...), y…dió su fruto,  en una farmacia nos lo vendieron por cinco soles (algo más de euro y medio), todo ok. Salimos pitando porque eran como las diez de la noche y la barbacoa estaba helada de frío, llegamos y un “brother” empleado del hotel no dejó que nosotros encendiéramos el fuego, entonces,  él un tipo experto “al parecer”en encender barbacoas se dispuso al trato y… ni puta idea básicamente lo mismo que yo si me pongo a arreglar relojes. Entonces yo y Rodolfo (de El Salvador; un tipo muy genial y al que algún día tendré el placer de prensentaros…) que éramos quien pedimos permiso al gerente del hostel para hacer la cena decidimos rellenar un poco más el vaso de vino y el que quiera comer que se busque la vida, teníamos música, pinchábamos a nuestro gusto y yo me fui acercando al portátil y me aposenté más o menos cerca del vino, de la música y de unos brasileñ@s encantadores… habíamos comprado para  Caroline, Rodolfo, Leo, Kim y yo dos chuletones de res pero de órdago jj! Junto a unas verduras que Rodolfo sabía que eran de lujo…cuando más o menos vimos que el fuego servía hechamos todo allí y………………………………………………………………………………………………………………………………………….como el vino alimentaba ya de tal manera la conversación entre todos, nos olvidamos de los chuletones, de las verduras …y Rodolfo se veía tan feliz como yo en la conversación, teníamos algo similar a aceitunas y eran un manjar… pasó el tiempo y los chuletones pues… acabaron bien morenos…más ó menos del color del carbón…las verduras desparecieron literalmente y yo la verdad... ni gota de hambre, eran casi las doce y todo el mundo feliz comiendo aceitunas y pan seco, pero todo dios feliz!, fue tan genial, tan distinto que no me podía creer que estaba viviendo algo tan especial entre todos…porque digan lo que digan todos los que ahí estábamos cuando llegaron las doce de la noche…nos abrazamos pero de una manera distinta a cuando se está con un grado de alcohol de más en la sangre…había algo que no sé explicar pero que era muy especial, no he llorado yo sólo. Cantamos y bailamos hasta que alguien dijo que había que ir a un sitio de esos de chin pum con base de lata…sí…una discoteca, fuimos y regresamos como pudimos pero regresamos que es lo importante.

Esta fué mi primera noche y la más distinta con canciones de navidad a miles de kilómetros de mi casa, sigo feliz y con ganas de besaros a todos pero todavía me quedan culturas que necesito probar y el camino sigue largo hacia el sur de la locura más bonita que quizás pueda vivir.

Que el fin del mundo nos pille bailando.

O biko máis grande para todos!!, e...non sei vos dixen pero... gracias por estar cerquiña de min tamén pola internet.

Cusco, 26 de navidad son as 10:07 da mañá.